Lo virtual no quita lo cortés…

Actualmente, la mayoría de nuestras conversaciones son a través de medios virtuales: Facebook, Whatsapp, Twitter, Instagram, SKYPE, MSN, E-mail, entre otros.

Nos comunicamos con textos, mensajes, correos, más que con la voz, porque incluso el celular es utilizado mayormente para escribir. La escritura se ha vuelto una de las principales vías de interacción.

Conforme avanza el tiempo, pareciera que las conversaciones presenciales van disminuyendo, al menos, en las actividades cotidianas, tanto en el ámbito personal como en el profesional.

Se dice incluso que esto podría llevar a que las relaciones humanas se vuelvan frías, pues como no se da la cara ni la voz, se asume que es más fácil esconderse detrás de un aparato y que cualquier justificación es válida cuando se presentan inconvenientes en las conversaciones, por ejemplo:

  • “¡ayyy perdón! pero no me llegó tu mensaje”
  • “la pila del celular se me acabó”
  • “tuve problemas con mi correo y perdí algunos”

Ante este punto, me permito expresar mi opinión con el fin de hacer una reflexión juntos. Considero que independientemente de cualquier medio que utilice, mi esencia se transmite y mi comunicación no verbal, o en este caso, no escrita, también habla de mí. Pues no sólo me expreso con lo que escribo o digo, sino en cómo lo escribo, cuándo y dónde. Incluso, cuando no escribo o no respondo, también estoy diciendo algo.

De manera frecuente, escucho expresiones como las siguientes:

  • “Le envié un correo y es fecha que no me responde”
  • “Publico fotos y post y no me comenta nada… ¡Ahh, pero, sabe de mí”
  • “Sé que leyó mi comentario, pero no ha de haber querido contestarme”
  • “Le envié un inbox, me apareció la notificación de que lo vio, pero a la fecha no me ha contestado”
  • “¿Viste lo que escribió?”
  • Entre muchos más del estilo…

Lo anterior, se refiere a sucesos en lo que llamamos las redes sociales, pero esto no es nuevo o producto de la era tecnológica, ya que desde antes de ella, también sucedían, con la diferencia que ahora, se puede evidenciar o tener registro de lo que digo o no.

Esto es parte de la Comunicación Humana, y como tal, no exenta a las relaciones laborales, a las interacciones dentro de las empresas, en donde también se ven prácticas poco favorecedoras para una Comunicación Efectiva. Por ejemplo, correos que no se envían adecuadamente, que no se leen y peor aún, que no se responden, dejando conversaciones inconclusas, lo que bien, podemos interpretar como dejar a una persona con la palabra en la boca.

Se tiene la creencia de que al ser comunicaciones virtuales, se prestan más para excusarse. La tarea del emisor en cualquier conversación es asegurarse de que su mensaje fue recibido e interpretado de la manera correcta; y con los medios de comunicación actuales, esa acción amerita doble esfuerzo, sobretodo al no tener respuesta en un lapso considerable.

Y es aquí donde digo: “Lo virtual no quita lo cortés.” No porque mi comunicación sea a través de un medio digital, voy a actuar como si no tuviera educación.

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Pues tal vez concuerdes conmigo, que la estructura de una buena conversación, es iniciar con un saludo, continuar con atención y escucha a mi emisor, expresar de la mejor manera mis ideas acorde al tema y a la audiencia y una vez que concluyamos, tener una despedida adecuada que incluya un cierre claro del diálogo. Entonces, eso mismo aplico en mis interacciones por escrito. Mis mensajes llevan esta estructura para evitar confusiones, que por naturaleza en una conversación virtual pueden darse. Enseguida resalto algunas de estas prácticas, esperando puedan serte útiles:

  1. Si recibo un correo, confirmo de recibido y si amerita algo más de mí, comento al respecto, o doy contexto de cuándo puedo completar la actividad solicitada. El responder compromete y por ello, al no hacerlo, puedo evidenciar mi falta de responsabilidad hacia el tema y/o emisor.
  2. Si me hacen comentarios en mis perfiles sociales, los respondo, tratando de hacerlo individualmente y evitando las respuestas grupales, pues cada persona se tomó el tiempo para contactarme y es como si hablara con cada una de ellas, en charlas separadas. Y en este espacio, aprovecho para compartirles que para mí, el dar un clic en ME GUSTA, no es decir Gracias. Si quiero dar las Gracias, lo escribo: “Gracias”. Evito escribir con mayúsculas, pues en el lenguaje textual se consideran gritos.
  3. Si estoy en convivencia con amigos o familiares, estoy participando en una reunión de trabajo o estoy conversando con alguna persona, ignoro el celular o cualquier aparato que me distraiga, pues me parece falta de respeto que mientras estoy con ellos, también esté revisando mi correo, perfil, mensajes, viendo noticias, videos, etc., tú, ¿qué opinas?

Un Director Comercial, de una de las empresas en las que trabajé, decía que si no se tenía tiempo para leer diariamente los correos recibidos, algo estaba mal con la distribución de las tareas o en la administración del tiempo laboral. Tenía como política en su departamento, que la respuesta de un correo no debería de ser con fecha diferente al día de su recepción; aunque fuera varias horas después. Con esto, fomentaba la atención a todas las conversaciones. Y reitero, no significa que todo se solucione o concrete en el momento; sino que se atiendan a todos los emisores.

En las redes sociales, también se entromete en la conversación de terceros, se ignora a quien habla, se malinterpreta, se ofende, se complica la escucha, etc., como en las conversaciones cara a cara. Por eso, estoy en desacuerdo, con que la virtualidad es impersonal, más bien, creo que como todo en la vida, eso depende de mí, en cómo es que quiero llevar mis interacciones y la cortesía que le pongo a ellas.

Que más que el medio, es mi educación la que habla por mí y de mí, el lenguaje que utilizo, la forma en la que me expreso y la atención que pongo a mis conversaciones. Y que el detenerme a evaluar mi comunicación frecuentemente, es necesario, pues todo en mi vida depende de conversaciones, internas y externas, verbales y no verbales, etc., de la transmisión y recepción de mensajes.

Sé que podemos estar en la fase de adaptación a las nuevas formas de comunicación, que hoy en día van muy ligadas al avance de la tecnología, pero no podemos dejar de lado que: “Lo virtual no quita lo cortés”.

Saludos Cordiales

Sobre el autor

Rocio Hernandez Su desarrollo profesional y experiencia de más de 10 años abarcan distintas áreas, entre las que destacan comunicación corporativa, cultura organizacional, capacitación, mercadotecnia, relaciones públicas, laborales y humanas. Diseña y facilita las sesiones de integración, intervención y evaluación de personal. Rocío también es dueña y fundadora de STUDIONCE, estudio fotográfico en Monterrey.

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